Utopías en pie de guerra

Utopías en pie de guerra

“Utopía: plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.” La cara oculta de la utopía nos espera tras la definición que da la Real Academia Española de la lengua. La utopía no es ese “proyecto deseable, pero irrealizable” que los académicos definían en la lejana primera edición de su diccionario, sino un plan, una doctrina, un sistema que puede ser la razón de la existencia de algunos y, al mismo tiempo, motivo de desesperación para muchos otros. La utopía puede iluminar y puede oscurecer nuestra existencia. Esta idea es fundamental en la ponencia del profesor de Historia contemporánea de la UNED Pablo Jesús Carrión ha ofrecido hoy en el Centro Asociado a la UNED en Motril, donde también es tutor de la materia. ‘España 1936: campo de batalla entre utopías’ pretende que el alumnado del curso de verano ‘Felicidad y utopía. Categoría psicológica, estructuras e imaginarios colectivos’ perciba la realidad de la Guerra Civil española como una contienda en la que variadas ideologías pugnaron por hacer prevalecer su propio proyecto utópico.

“La idea es utilizar la Guerra Civil como ejemplo histórico para mostrar esas dos caras de la utopía y cómo una guerra también se convierte en la oportunidad de cumplir objetivos ideológicos”, ha resumido Carrión. Según el profesor, existe una idea incorrecta del conflicto que lo caracteriza como un enfrentamiento entre dos bloques homogéneos. Uno de los objetivos de su ponencia es desechar esta idea en favor de la percepción de dos bloques heterogéneos en los que había distintas ideologías, diferentes maneras de entender la utopía. “En el bando republicano había republicanismo e ideologías del movimiento obrero, como el comunismo y el anarquismo, mientras que en el bando sublevado, el bando nacional, estaba la falange, el carlismo, el militarismo, los africanistas…”.

O sea, que hay diversidades dentro de los dos bandos, lo que deriva en un pulso entre ellas por emerger como única vía de alcanzar el futuro en forma de utopía. “La realidad nacional es la suma de diversas ideologías, pero en la guerra se vertebra de manera conflictiva”, lo que redunda en la imposición. En lugar de avanzar hacia un modelo democrático, “en la guerra hay un intento de eliminar el otro. Se impuso un modelo para hacer tabla rasa en otro”. La interpretación del conflicto muchas veces ha tenido un enfoque maniqueo, de buenos y malos, y ha sido normal hacer de ella un instrumento político que ha amortiguado el sonido de las voces de los historiadores.

Pero los historiadores son conscientes de la complejidad del conflicto. “La Guerra Civil es como un prólogo de la Segunda Guerra Mundial, un conflicto en el que toda Europa miraba a España para presenciar el enfrentamiento entre la democracia y el fascismo”, ha explicado Carrión, quien también reconoce la presencia de factores locales como el nacionalismo o el factor religioso. El clima nacional sirvió para conocer las promesas y la cara oculta de la utopía. La imposición de la ideología en nombre de un mundo feliz es un peligro verdadero. Evitar las malas pasadas de la utopía en el futuro, así como comprender lo verdadero y lo ilusorio de sus promesas presentes es un conocimiento útil que está a nuestro alcance con el estudio de los acontecimientos pasados. Para el alumnado del curso que hoy ha llegado a su fin con la ponencia del director del Centro, José Antonio Ruiz, sobre ‘Psicología y felicidad’ , esta capacidad está hoy un poco más al alcance de sus manos.

 

Andrés Masa
Curso: Felicidad y utopía. Categoría psicológica, estructuras e imaginarios colectivos
Sede: Motril