El miedo a la muerte no puede convertirse en fobia

El miedo a la muerte no puede convertirse en fobia

“El miedo a la muerte es algo natural, lo que no es natural es la fobia y la evitación de todo lo que tiene que esté relacionado con la muerte”. Esta idea de la profesora titular de Psicología de la personalidad de la Universidad de Granada Nieves Pérez, tan sencilla y aparentemente obvia, no parece que haya participado mucho en nuestra visión cultural de la muerte. “Hay una falta de educación de la muerte como parte de la vida, y transmitimos esa falta de entendimiento, de recursos, a nuestros hijos con la idea de que así evitamos su sufrimiento, pero lo que hacemos es generarles más miedos”, explica, aunque con el optimismo que da la convicción de que “está cambiando la cosa”.

Entre otras cosas, los cambios se notan en el interés de los profesionales por ponencias como la que Pérez ha impartido esta tarde en el Centro Asociado a la UNED en Motril, dentro del curso ‘Aspectos psicosociales de la salud y la enfermedad y su impacto en el bienestar y la calidad de vida’. Los cambios se aprecian en los sistemas sanitarios, en las leyes, en el ámbito académico. “Si haces una búsqueda bibliográfica de duelo o de paliativo, por ejemplo, ya sí hay un gran número de publicaciones que en España hace quince años no existía”, comenta. Este avance está acompañado por el desarrollo de conocimientos específicos para los currículums de los profesionales de la salud que se interesan en este terreno. Precisamente, para compartir su experiencia en el campo de la psicología con el alumnado, ha hablado en Motril sobre la ‘Evaluación e intervención emocional en los procesos crónicos y de fin de vida’.

En resumen, las competencias que deben desarrollar los profesionales que trabajan en ambientes relacionados con la enfermedad crónica y el fin de la vida se engloban en el concepto de acompañamiento emocional. Estas dos palabras implican “respetar los silencios, los llantos, y los enfados, y todo lo que pueda aparecer. Y no bloquearlo. Que la persona pueda expresar sus miedos, sus ilusiones, sus expectativas en un espacio que no encuentran”. Entre los psicólogos es un campo profesional que se está abriendo “gracias a la colaboración de los profesionales”, y que debe dirigirse a fortalecer tres pilares fundamentales: el enfermo, que necesita paliar su sufrimiento; su familia, puesto que los duelos pueden convertirse en patológicos y no siempre saben cómo gestionar el proceso; y los profesionales, que deben evitar “el síndrome de estar quemados por el trabajo”.

El psicólogo debe aprender a identificar las emociones normales de las patológicas, pero los miedos son parecidos entre todas las personas implicadas en estos dolorosos procesos. “Los tres pilares -enfermo, familia y profesionales- viven algo parecido, una situación de amenaza que perciben que puede tener consecuencias negativas para su equilibrio mental. Y si, además, perciben que no tiene recursos para hacerle frente, entonces la ecuación termina con el sufrimiento”. Los nuevos profesionales deben aprender a gestionar esa situación desde el dominio del soporte emocional básico hasta la capacidad de llevar a cabo una intervención psicológica eficaz. Al fin y al cabo, la salud ya no se percibe como ausencia de enfermedad, sino como un bienestar que buscamos hasta el fin de nuestros días.

Tras la ponencia de Pérez, el profesor titular de Psicología de la personalidad de la UNED José Antonio Ruiz, quien también dirige el Centro Asociado de Motril, inauguró la segunda parte de este curso, en la que se abordarán, hasta mañana, las relaciones entre las emociones positivas y la salud. Con una intervención titulada ‘Bienestar psicológico y salud’, expuso su concimiento sobre la manera en que un estado psicológico positivo tiene efectos como una mayor resistencia a la enfermedad o a desarrollar conductas no saludables. “Es bueno que se potencie a nivel personal ese estado pero también es una responsabilidad social. Debería haber programas de intervención para mejorar el nivel de la población”, ha opinado. No lo dice por decir. Se ha demostrado que el bienestar social va asociado a menor mortalidad, mayor longevidad y una recuperación de la enfermedad más rápida, que no es poca cosa.

 

 

Andrés Masa
Curso: Aspectos psicosociales de la salud y la enfermedad y su impacto en el bienestar y la calidad de vida
Sede: Motril